Wednesday, January 30, 2013

To Die Without Messiah (Spanish)

Morir sin el Mesías  


MORIR SIN HABER OIDO EL EVANGELIO DE JESUS DE NAZARET

Christ in Sheol.jpgUna de las muchas difíciles preguntas teológicas que se hacen a sí mismos hoy en día los cristianos evangélicos es la del destino eterno de aquellos que han muerto sin haber oído hablar jamás acerca del Evangelio de Jesucristo de Nazaret. ¿Sería capaz un Dios amoroso y bondadoso de enviar a aquellas almas que llevaron vidas moralmente correctas, sabiendo que sus caminos espirituales fueron equivocados, a pesar de lo cual estas personas no se vieron nunca expuestas al Evangelio? ¿Acaso serán juzgadas en el Ultimo Día y serán enviadas al infierno por toda la eternidad? ¿Encaja esta idea con el tema de un Dios amoroso y justo, que envió a su Hijo unigénito en propiciación por toda la raza humana?

Las preguntas se vuelven incluso más difíciles cuando los pasajes de la Biblia empiezan a interferir con estos temas. Hay pasajes que dicen, por ejemplo: "El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue: la palabra que he hablado, ella lo juzgará en el día final. Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre, que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir y de lo que he de hablar.” (Juan 12:48-49).

Además: “Respondió Jesús: --De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.” Y hay otro versículo que dice: “Jesús le dijo: yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre, sino por me.” Estos versículos proceden directamente de los labios mismos de Cristo y con frecuencia se confunden con y se malinterpretan como parte de otros pasajes que hablan acerca de punto de vistas contrarios.

Podemos encontrar un ejemplo de este punto de vista divergente en la Epístola de Pablo a la iglesia romana en la que escribe: "Cuando los gentiles que no tienen la ley hacen por naturaleza lo que es de la Ley, estos aunque no tengan la Ley, son ley para sí mismos.”4 Las diferentes denominaciones cristianas e incluso los diferentes cleros en el Cristianismo han tenido diferentes puntos de vista respecto a este tema. Una de las perspectivas concretas es que a aquellos que se convierten en una ley para sí mismos se les permitirá entrar en el Rey de Dios como 'invitados," tal vez como aquellos “invitados” a los que se refirió Jesús en Su parábola acerca de la fiesta de las bodas que relata en el Evangelio de Mateo capítulo 22:1-14.

Yo llego a la conclusión de que cualquier hombre o mujer que pueda decidir por medio de su libre albedrío (esto excluye a los niños y aquellos que son mentalmente inestables, etc. etc.) deben hacer una profesión de fe en Jesucristo de Nazaret antes de su muerte física a fin de que se puedan salvar sus almas. Este es un punto de vista firme, tanto si estas personas han estado o no expuestas al Evangelio de Cristo o si siguen siendo ignorantes en lo que se refiere a la Palabra.

Cross 3.gifA lo largo de los Evangelios y de las Epístolas está muy claro que en el caso de aquellas personas que han escuchado las Buenas Nuevas de Jesús y han rechazado la oferta de salvación que Dios les hace, su destino eterno ha quedado sellado. Tanto si las personas son religiosas y o moralmente Íntegras dentro de su propia cultura es algo que carece de importancia. La Biblia es inconfundible en su declaración respecto a que si usted rechaza a Cristo, usted va a tener que enfrentarse con un juicio de condenación.

Jesús se refiere a esto en su parábola de una casa que fue construida sobre un fundamento inapropiado: " »A cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las pone en práctica, lo compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. Descendió la lluvia, vinieron ríos, soplaron vientos y golpearon contra aquella casa; pero no cayó, porque estaba cimentada sobre la roca. Pero a cualquiera que me oye estas palabras y no las practica, lo compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena. Descendió la lluvia, vinieron ríos, soplaron vientos y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina». 5 Es evidente que Jesús está hablando sobre aquellos que han escuchado sus palabras, pero que a pesar de ello se niegan a aceptarlas como la verdad y rehusan profesar abiertamente su fe. Al hacerlo han creado una profecía que se cumple en ellos respecto a su propio juicio y condenación.

missionaries 1.jpgSin embargo, al referirse a aquellos que no han escuchado nunca el Evangelio ¿cómo se puede justificar la posibilidad de crear esa profecía que se cumple en ellos? El primer factor que es preciso tratar para responder a este dilema es destacar el hecho de que el escuchar el Evangelio no tiene nada que ver con el tema de la salvación. "Las personas no van al infierno sencillamente por haber rechazado a Jesús; van al infierno porque son pecadoras. El hecho de que no crean en Jesús sencillamente sella su destino."6 Es importante ser plenamente conscientes de que como humanos que somos cada uno de nosotros nace en pecado por medio de Adán, nuestro primer antepasado. Debido a ello, no hay manera de que podamos ser justificados o purificados de nuestros pecados por medio de la Ley aparte del uso de un sacrificio de sangre realizado bien en el Tabernáculo o en el Templo en Jerusalén y es evidente que ninguno de los dos existen ya.

De modo que sin el sacrificio perfecto de Jesús el Mesías e Hijo de Dios cada uno de nosotros continuaríamos viviendo y muriendo en nuestros pecados, tanto si hemos oído como si no, el Evangelio durante nuestra vida. "Eso significa que en realidad no existe una persona que sea verdaderamente “inocente” o un pagano que sea verdaderamente "inocente." Las personas no son inocentes ante Dios, normalmente son culpables de rechazar la verdad acerca de Dios. Cuando las personas que no han oído hablar nunca del evangelio se mueren, su destino eterno no queda determinado por si rechazaron o no a Jesús porque no se puede rechazar a una persona acerca de la cual no han oído hablar para empezar.7

Lee Strobel, periodista y autor, trata acerca de este tema cuando habla sobre el acalorado tema con el Dr. Ravi Zacharias de los Ministerios Internacionales de Ravi Zacharias acerca del debate del Apóstol Pablo con los filósofos griegos en Atenas, "…está apuntando al hecho de que existe un plan soberano en la creación, a la cual se asigna a cada persona un lugar en el que nacer. Dios sabe dónde naceremos y nos criaremos y El nos coloca en una posición en la que podamos buscarle a El. Se nos dice claramente que dondequiera que vivamos, sea cual fuere nuestra cultura o nación, El está al alcance de cada uno de nosotros."8 Esta línea de pensamiento continua en la entrevista que le hace Strobel al Dr. J.P. Moreland de la Escuela de Teología Talbot que afirma: "Si todo cuanto una persona pudiera necesitar fuese un poco más de tiempo para venir a Cristo, entonces Dios extendería el tiempo de esa persona en esta tierra a fin de concederle esa oportunidad. El hecho sencillo es que Dios recompensa a aquellos que le buscan.”9

dante infero pic.jpgLa Biblia vuelve repetidamente a hacer una afirmación muy fuerte y manifiesta, de que no existe excusa suficientemente buena para no tener una fe que nos permita aceptar a Cristo. El primer capítulo del libro de Romanos es uno de entre los varios ejemplos a lo largo de todas las Escrituras en los que se habla al respecto. Dios ha sido revelado por medio de la creación: "Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no tienen excusa.”10 Yo estoy convencido de que Dios siempre proveerá las respuestas a aquellos que puedan estar buscando más respuestas.

Esta provisión divina posiblemente no aparezca en el formato de un papel de cebolla que les sea entregada a ellos por un misionero cristiano, pero si existe la menor posibilidad de que un pagano acepte a Cristo como su propiciación antes de su muerte, no me cabe duda de que Dios encontrará la manera de salvar a esa alma.

El Dr. Elmer Towns, decano de la Escuela Universitaria de Religión Liberty estuvo de acuerdo con estos puntos de vista doctrinales cuando afirmó: "Aunque Dios no tiene el menor deseo de mandar a las personas al infierno, los hombres no le dejan opción alguna cuando rechazan continuamente el evangelio. Incluso el hombre que no ha escuchado nunca la predicación del Evangelio ha rechazado otros intentos realizados por Dios para mostrarle el camino a la salvación. Si el hombre respondiese de manera positiva a estos llamamientos, Dios proveería un predicador del evangelio para guiarle a la salvación."11 La doctrina cristiana afirma claramente que aquellos que no escuchen al evangelio no se salvarán. "Es preciso que primero la persona conozca el evangelio, que significa que posee un conocimiento intelectual de la salvación.”12

Así que es necesario preguntar de nuevo, ¿qué sucederá con aquellos paganos que es posible que no hayan escuchado el Evangelio? Como ya hemos preguntado con anterioridad, ¿acaso se convierten estos ateos moralmente íntegros en una "ley para sí mismos" y debido a ello se les concede la entrada en el Reino de los Cielos, aunque no sea más que como "invitados" tal vez como aquellos acerca de los cuales habló Jesús en la parábola de la fiesta de las bodas en Mateo 22:1-14. Esta teoría no tiene validez alguna por una serie de motivos. En primer lugar, aunque sean una “ley para sí mismos, la ley no puede sencillamente salvar a nadie. Es solamente por medio de la gracia y la fe en Jesucristo que la persona puede ser salva. Cuando uno intenta ser salvo por medio de la ley dicha persona será juzgada por la ley; de modo que si alguien se convierte en una ley para sí mismo, sucederá que esa persona será juzgada por esa ley en la que se han convertido y como nos enseñan las Escrituras, es imposible cumplir la ley de la salvación a la perfección.

Por lo tanto, es preciso que dependamos de nuestra fe en aquel que envió para liberarnos de estas leyes y salvar nuestras almas eternas. "La fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios.”13 Es la fe la que nos guía. “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” ([Romanos] 10:9,10)."14 El apóstol Pablo citó al profeta Habacuc del Antiguo Testamento en Romanos 1:17 diciendo: “el justo vivirá por la fe.”

El segundo factor importante cuando tratamos del tema de la salvación de aquellos que posiblemente sean ignorantes en lo que se refiere al Evangelio es la pregunta de a quienes considera Dios realmente responsables de la falta de conocimiento de los paganos. Para empezar y lo que es más importante, a este autor le resulta prácticamente imposible comprender cómo cualquier cristiano puede malentender o tener un conflicto en lo que se refiere a las instrucciones que dio Jesús en los últimos versículos del Evangelio de Mateo, que también se conocen como la Gran Comisión: "Id, pues, y enseñad a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”15 Cuando este versículo va acompañado de las palabras del post exilico profeta Ezequiel en el capítulo 33, queda totalmente claro a quiénes Dios considerará responsables de la falta de conocimiento de las Buenas Nuevas de su Hijo Jesús: "y él vea venir la espada sobre la tierra, y toque la trompeta y avise al pueblo, cualquiera que oiga el sonido de la trompeta y no se prepare, y viniendo la espada lo hiera, su sangre será sobre su cabeza.

El sonido de la trompeta oyó, pero no se preparó: su sangre será sobre él; pero el que se prepare, salvará su vida. Pero si el centinela ve venir la espada y no toca la trompeta, y el pueblo no se prepara, y viniendo la espada, hiere a alguno de ellos, este fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del centinela.”16 Este pasaje del profeta Ezequiel se considera con frecuencia de la “máxima” importancia, pues estos son los versículos que explican la necesidad que tienen los cristianos de evangelizar y de dar testimonio del Evangelio hasta lo último de la tierra.elijah 1.jpg

Algunos cristianos consideran que estas palabras de Ezequiel son verdad tan solo para aquellos que puedan vivirlas y tenerlas muy cerca de sus corazones, como puedan ser familiares y amigos. Sin embargo, se nos dice de una manera muy concreta que es nuestra responsabilidad como cristianos difundir y proclamar la Palabra de las Buenas Nuevas a los paganos y cuando no lo hacemos, es nuestra responsabilidad como cristianos por el hecho de que a los paganos no les es posible tener el conocimiento de Jesucristo. Yo no creo sinceramente que esta responsabilidad afecte nuestra propia salvación como creyentes, pero sí determinará el nivel en el que cada uno será juzgado y considerado al sernos delegados a cada uno de nosotros las tareas y los lugares que ocuparemos en los cielos. Tal y como se nos ha dicho: “segaremos lo que hayamos sembrado.”

El tercer y último factor que es preciso examinar cuando estudiamos estos temas tan importantes es cuál es la definición del término "evangelio." Si traducimos la palabra "evangelio" quiere decir sencillamente "las buenas nuevas." Pero la pregunta es, ¿las buenas nuevas de qué? Que los seres humanos pueden recuperar la Gracia de Dios que se perdió a causa del pecado de Adán y posteriormente fue expiada por medio del sacrificio de la sangre de Jesucristo. En otras palabras por medio de la fe en Jesucristo los seres humanos pueden ser justificados o espiritualmente perfectos a los ojos de Dios.

Sin embargo actualmente el término "evangelio" se ha generalizado a fin de convertirse en un término que representa los Evangelios Sinópticos del Nuevo Testamento (Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Pero si hemos de decir la verdad todo el evangelio habla acerca del conocimiento de la salvación por medio de Jesucristo. El conocimiento intelectual acerca de cómo perdimos el favor a los ojos de Dios por causa del pecado de Adán no es una parte necesaria para que nadie sea salvo o justificado. Solo una cosa es necesaria, la profesión de fe en Jesucristo de Nazaret. Por lo tanto, cuando yo afirmo que el Evangelio de Jesucristo de Nazaret debe ser predicado a los paganos no estoy afirmando que solo los seres humanos poseen la capacidad para predicar las buenas nuevas.

Estoy firmemente convencido de que el autor mismo de las Escrituras, el Espíritu Santo, tiene la capacidad para revelar el evangelio según desee, conforme a su voluntad, a quienquiera que considere merecedor. Gracias a este hecho, el evangelio se extenderá hasta los últimos rincones de la tierra. “Nadie tiene una excusa válida para rechazar el evangelio."17

Ahora que hemos llegado a la conclusión de que los paganos serán considerados "no salvos" creo que es esencial que hablemos sobre la naturaleza misma del infierno. ¿Es el infierno verdaderamente un lago de fuego y azufre o es algo totalmente diferente? La verdad es que este es un tema difícil de examinar, es un tema que podría convertirse en el tema de una tesis por sí mismo. Los diferentes eruditos poseen cada uno de ellos su propia opinión en cuanto a la naturaleza del infierno. Desde el punto de vista judío el infierno no es un lago de fuego, sino que existe con el Seol, el lugar de espera para los muertos. De hecho, según la auténtica creencia judía rabínica no existe el concepto de un infierno eterno. Actualmente algunos eruditos cristianos conservadores siguen afirmando el punto de vista de que el infierno es verdaderamente un lago de fuego y azufre, uno en el que todos los condenados tendrán que entrar, sea cuales fueren sus pecados.

Pero al mismo tiempo están surgiendo cristianos más liberales que enseñan que el infierno no es ni siquiera un lugar real, sino sencillamente un estado mental o algo inventado por la psiquis, donde existirá el alma eterna sin el beneficio de conocer o de tener comunión con Dios de ninguna manera. Hasta la Iglesia Católico Romana posee sus propios punto de vista al respecto, uno de los cuales se puede ver en los escritos del poeta clásico italiano Dante Aligheri en su obra El Infierno. En este caso, aquellos que hayan llevado una vida moralmente correcta y que no hayan oído el Evangelio de Jesucristo estarían condenados a pasar la eternidad en el segundo círculo del infierno, también conocido como el Limbo, que es el lugar reservado para los paganos virtuosos.

En ese lugar las almas condenadas no serían objeto de castigo por su falta de fe en Cristo, pero al mismo tiempo no recibirían jamás ninguna forma de felicidad, puesto que nunca conocerían a Dios. Según un punto de vista final, algunos eruditos son de la opinión de que los aniquiladores que creen muy en serio que aquellas almas que han sido condenadas a una eternidad en el infierno serán borradas totalmente de la existencia, en lugar de ser eternamente castigadas por su falta de fe. La verdad es que yo no me siento muy seguro en cuanto a lo que creo respecto a la estructura y la naturaleza del infierno.

Sí creo que existe un lago de fuego y de azufre que le espera a Satanás y a sus ángeles caídos así como al anticristo, el falso profeta y muchas almas malvadas a lo largo de toda la historia, pero no estoy realmente seguro en lo que se refiere al destino de otros. Admito que me cuesta entender cómo Dios puede mandar a una mujer judía moralmente correcta, que creía realmente en su religión, sin tener malicia alguna hacia Cristo o los cristianos situándola al mismo nivel de castigo que pondría a alguien como Adolfo Hitler, Aman el agagita o a Cain el hijo de Adán. En lo que a mi se refiere, no puedo evitar refugiarme en un solo versículo bíblico que continua sirviéndome de consuelo en aquellas ocasiones en las que sé que me siento realmente incapaz de entender los planes definitivos de Dios, "Las cosas secretas le pertenecen al Señor nuestro Dios."18 Teniendo ese versículo en cuenta recuerdo que no necesito saber todas las cosas, que lo importante es que Dios sabe lo que está haciendo y los planes que tiene. Con frecuencia siento que las disputas teológicas acerca de la naturaleza del infierno son más psicológicas que teológicas en su naturaleza, basándose principalmente en la emoción y no en la doctrina bíblica.

El hecho es que Dios nos ha dado una información bastante bien expresada acerca del infierno. A pesar de lo cual y de lo que he dicho al principio de este artículo, es difícil racionalizar cómo un Dios amoroso podría atormentar por toda una eternidad a las almas sencillamente por su incredulidad. Esto me recuerda una lección que aprendí hace veinte años cuando aún estaba buscando la verdad acerca de Jesús como mi Salvador. "¡Dios no dijo nunca que nos tuviese que gustar, solo dijo que teníamos que hacerlo!"

Sin duda alguna estoy convencido de que sin haber oído el Evangelio de Jesucristo de Nazaret y sin haber hecho profesión de fe antes de la muerte física, el alma humana no puede salvarse del infierno. Es prácticamente imposible escapar a los hechos de la doctrina bíblica y de los versículos claramente expresados según las palabras de Cristo mismo en Juan 14:6: "Jesús le dijo: yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mi.” 19

power_of_prayer_hahlbohm.jpgReferencias Epp, Theodore H. How God Makes Bad Men Good. The Good News Broadcasting Association, Inc.: Lincoln, Nebraska. 1978. Pritchard, Dr. Ray. (2000). ¿Y qué sucede con aquellos que nunca han oído el Evangelio? http://members.aol.com/OrthodoxUM/SalvationPritchard1.html Strobel, Larry. The Case for Faith. Zondervan: Grand Rapids, Michigan. 2000. The King James Study Bible. Thomas Nelson & Liberty University. 1988. Towns, Dr. Elmer L. Concise Bible Doctrines. AMG Publishers: Chattanooga, Tennessee. 2006.

Traducido por: Ms. Rhode Flores rhode@florestranslations.net